La tecnología necesaria para introducir el CD en nuestros hogares ya estaba lista en los 80. ¿Por qué se esperó a los 90 para hacerlo? Bueno, la respuesta no es sencilla, pero aquí hay algunos datos que os harán pensar.
A todos nos dijeron que el CD era mejor, que sonaba mejor, que era más pequeño y más cómodo. Ésta campaña publicitaria persiste aún, y ya se ha quedado en nuestras mentes, grabada para siempre. El vinilo quedaba en un segundo lugar, condenado a la oscuridad de los baúles, porque de repente era sinónimo de prehistoria, de mala calidad sonora, de pobreza incluso. En cambio el CD era igual a futurismo, a avance, a optimismo, a bienestar social.
¿Por eso nos hacían comprar de nuevo toda nuestra colección de vinilos, pero ahora en CD?
La industria discográfica y demás gente involucrada vió una mina de oro en esta oportunidad. De nuevo, volverían a vender los discos. Otra Vez.
No es que antes no vendiesen, pero si te dicen que vas a cobrar el doble, ¿dirías que no?
Así que manos a la obra, nos contaron las maravillas de los CD y de por qué no deberíamos escuchar vinilos Nunca más. Mirando hacia atrás hoy en día, me doy cuenta de algunas cosas:
Que conste que sigo comprando CDs, merece la pena. Pero si es posible tener el disco en vinilo... para mí no tiene ni punto de comparación.
Parafraseando a PepSounds, en quien me he inspirado para escribir esto:
Con el tiempo, he leído artículos acerca de la irrupción del CD que me han abierto los ojos. He visto como aquel cambio que todos vimos, no era más que una estrategia de mercado, no para introducir algo mejor (desde el punto de vista de sonido), si no para renovar un enorme catálogo estancado y dar dinero a las compañías. La gente ya tenía todos los discos antiguos, y había que intentar renovar todo ese stock. ¿El cebo? la reedición, la masterización, las tomas alternativas, demos y demás timos que nos hacen picar una y otra vez, en la enésima reedición del mismo disco mítico. ¿Y como hicieron esto? Mediante puros chantajes a las tiendas de discos. Un asunto bastante oscuro.
Y digo yo ¿Por qué no aceptar lo que el artista hizo en su momento? ¿Por qué es mejor algo remasterizado o ultra-digitalizado que el disco y la mezcla que el artista eligió? ¿Se ha retocado alguna vez el Quijote? ¿Se han cambiado los colores a las Meninas? A todo esto sumémosle que un vinilo es analógico, esto es, un calco de la realidad, mientras que el CD es digital, o sea, la realidad muestreada y limitada.
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